Génesis de una Iglesia con misión

Por Mario Alberto Cañas Juárez (II de III Partes)
Pasada esa primera oleada de persecuciones, el reverdecer del árbol plantado junto a las corrientes de las aguas comienza su restauración “…no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” Jer. 17.8 con la misma presencia de Dios en medio de su iglesia, cómo Dios mismo lo afirma: “Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte” Isa. 1.19. Cuatro años más tarde con una inversión de $1,909.04 pesos, se termina el templo al que rotulan como testimonial, con el nombre de “El Divino Salvador”. Inaugurándolo con un magno culto de acción de gracias el día 29 de Julio de 1889; en donde se entonó el himno “Ven Santo Espíritu”, el reverendo Eligio N. Granados dirigió la oración de gratitud, se leyó en el libro de 2 Crónicas 6, el mensaje llevó por título “La necesidad de adorar a Dios: social, moral y religiosamente” por el Reverendo Salomón R. Díaz y con una colecta de ofrendas de $40.75 pesos para los damnificados por las inundaciones acontecidas por aquella época. Las familias que se congregaban en aquél entonces fueron: Rosado Gil, Magaña Peralta, Falconi Córdova, Lützow González, Falconi Peralta, Gómez Ramos, Uribe Romero, Palma Uribe, Juárez Montejo, Pérez Lanz, Jiménez Jiménez, del Hno. Rosalino Collado, Hno. Santiago Lázaro, Hno. Paciano de los Santos y la Hna. Maura Morales.
El pastoreo Granados-Díaz llegó a ser efectivo no sólo en la ciudad de Comalcalco, sino que trasciende a todo Tabasco y los vecinos estados de Veracruz y Yucatán. “…Y el Señor añadía cada día a la iglesia a los que habían de ser salvos” Hec. 2.47. El crecimiento y auge de la iglesia Presbiteriana en Tabasco y los estados mencionados es de tal magnitud que el 8 de Mayo de 1896, se organiza en el Templo “El Divino Salvador” el H. Presbiterio del Golfo de México (unión de iglesias jurisdiccionadas) que incluye a estas iglesias del sureste. Según estadísticas en 1885 había 600 evangélicos en Tabasco, diez años después había 1331 y para 1900 el número era de 2553 miembros. Para ese año (1900) ya habían organizadas seis iglesias: “El Divino Salvador” en Comalcalco; “Jesús de Nazareth” en Paraíso; “Espíritu Santo” en San Juan Bautista (hoy Villahermosa); “Estrella de Belén” en Frontera: “Procopio C. Díaz” en Arroyo Hondo, Cardenas; y en Tecominuacan, Huimanguillo.
El fenómeno del crecimiento y presencia del evangelio en Tabasco hace que del año de 1896 a 1909 muchos misioneros extranjeros de origen norteamericano y de filiación presbiteriana visiten Tabasco, para fortalecer la obra del Reino de Dios. Fundando clínicas y escuelas; en plena efervescencia de la antesala revolucionaria en México. El otrora Pbro. José Coffin Sánchez llega a Comalcalco y se une a la dupla pastoral Granados-Díaz para copastorear la iglesia del Señor, por casi medio siglo. Además, el Pbro. Coffin Sánchez funda la Cruz Roja en Tabasco.
De 1910 a 1922 las actividades celebradas en la iglesia se ven restringidas por causa del movimiento revolucionario en México. Para 1925 y hasta 1934, bajo el mandato del gobernador del Estado Lic. Tomás Garrido Canabal; se prohibe la libertad de culto público y se cierran todos los edificios religioso; originándose una severa persecución en contra de la iglesia católico-romana inicialmente; pero que hacia el final de su mandato alcanza al pueblo evangélico en Tabasco; agudizándose esta, en los años de 1928 a 1934. Periodo durante el cual son prohibidas las reuniones como iglesia y el edificio es usado como mercado, salón de baile y central de alijadores, hasta que en el año de 1935 el gobernador sufre el exilio.
Esta segunda andanada de prohibiciones y persecuciones no merman la fe de aquellos valientes cristianos convencidos con el poder del evangelio de que cómo bien lo referencia Pablo “que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos” 1 Cor. 4.8, 9. estos hombres y mujeres tienen por seguro lo que el apóstol Pedro declara: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” 2 Ped. 1.19 así, la iglesia, resurge y comienza a organizarse. Para ello, son escogidos varones con el perfil que Jetro, el sacerdote de Madián; diera a su yerno Moisés, para la organización del pueblo redimido de Dios: “…escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.” Éxo. 18.21. (Continuará)