QUINTANA ROO

Merolicos: riesgo mortal para la población
Charlatanes juegan con la salud de los ciudadanos, ante la complacencia de las autoridades

Julián Puente Sánchez
CANCÚN, Q. ROO.- Como si fuera una epidemia, en pleno siglo XX los merolicos que fueran famosos en los años cincuentas hasta los setentas ofreciendo productos milagrosos para curar diferentes enfermedades han vuelto a aparecer, ante la complacencia de ciertas autoridades que son las encargadas de evitar que se realice esta ilícita actividad.
Y es que ya es común que en los mercados de esta ciudad capital e incluso en colonias populares estén ofreciendo “me­dicamentos” para curar enfermedades del hígado, páncreas, migrañas entre las más conocidas, sin que dichos productos tengan registro sanitario, y peor aun, sin permisos para poder comercializarlos, pero esto se torna más grave cuando los res­ponsables de las tareas de vigilancia participan de manera indi­recta cobrando algunas cuotas por permitirles “ruletear”.
Hace aproximadamente un mes, y gracias a una labor periodística, se denunció a una de estas personas que se en­contraba ofreciendo dichos productos en la colonia Adolfo López Mateos, mejor conocida como “El Bosque”. Esta per­sona circulaba en una camioneta Nissan pick up por las calles ofreciendo un producto que aliviaría enfermedades urinarias, insomnio, males renales, del hígado y hasta la hipertensión a un precio de 50 pesos por frasco.
Al denunciar públicamente el hecho presuntamente ilícito, la Dirección Contra Riesgos Sanitarios de la Secretaría Estatal de Salud detectó al charlatán a quien se le decomisaron por lo menos 20 cajas de dicho producto; sin embargo, la persona fue liberada, ya que esta actividad no es considerada como, grave pese a que está en riesgo la salud de los mexicanos.
Actualmente tienen gran popularidad los tratamientos que prometen reducir el peso corporal sin esfuerzo y en poco tiempo, lo que además de ser un engaño puede comprometer seriamente la salud de quienes se someten a estos programas. Cerca del 60% de la población mexicana sufre obesidad, lo que convierte a este padecimiento en problema de salud pública y excelente negocio para muchos charlatanes, quienes se apro­vechan de la situación para ofrecer a diestra y siniestra gran cantidad de productos “milagrosos” que prometen reducir el peso corporal, aunque la persona siga comiendo sin control.
¿Quién no ha caído en las garras de la charlatanería? ¿A quién no le han atraído los productos que prometen juventud eterna? ¿Quién no ha comprado las pastillas de moda para ba­jar de peso o algún aparato que ofrece reducir el abdomen en 30 días? Son tantos y variados los productos en el mercado de este tipo que es casi imposible llevar la cuenta de ellos. No obs­tante, todos tienen algo en común: seducir a los consumidores a que los usen, y una vez que se empieza es difícil parar.
Hay que mencionar que el dar esperanza a la persona gra­vemente enferma es una gran crueldad, ya que generalmen­te se desvía al enfermo de los tratamientos convencionales y comprobados efectivos, por una poción con poco o nada de estudios científicos.